Aervio se fundó en el 2016 con un propósito: crear una disrupción en el mercado de los viajes corporativos.
Queríamos posicionar dentro del servicio a las empresas una solución tan poderosa, tan avanzada y tan completa, que pudiera revolucionar todos los procesos de gestión que agentes de viajes y viajeros de negocios realizan a diario.
La tecnología que Aervio ha desarrollado pretende conseguir en el mercado de los viajes corporativos lo que las agencias de viaje online y los comparadores de vuelos han conseguido en el mercado vacacional: un cambio completo y absoluto en la manera en que el servicio se provee, se contrata y se disfruta.
Sin embargo, cambiar un mercado y una manera de funcionar que lleva más de una década no es tarea fácil. Y es que uno de los puntos fuertes de la plataforma de reservas de Aervio es la capacidad de almacenar las preferencias de cada pasajero individualmente, y realizar las reservas de acuerdo con dichos parámetros.
Pero a veces, la tecnología también hace lo que le da la gana.
Aervio, la mano que mece la cuna
Hace unas semanas recibimos un correo de una clienta dándonos las gracias por habernos acordado de que, en determinado viaje, se hizo acompañar por su hijo de 1 año, y que tener la cuna preparada en su habitación cuando llegó fue un detallazo. No obstante, el agente que reservó el viaje se había quedado boquiabierto: “Nosotros no solicitamos al hotel que colocaran una cuna en la habitación de esta cliente… ¡Ella nunca nos lo pidió!” afirmó, totalmente desconcertado.
Al consultarlo con el equipo técnico, descubrimos que la automatización de peticiones especiales, como la colocación de una cuna en la habitación, se había automatizado en todas las reservas tras una actualización. Durante 3 días, todas las habitaciones de hotel que reservamos para la empresa en cuestión tenían una cuna incluida. Al ser algo que los hoteles suelen ofrecer como un detalle, no tuvo repercusión en el precio de las reservas, lo que impidió su detección inmediata.
Contactamos con los hoteles que habían recibido dichos clientes durante ese período. Nos confirmaron que, efectivamente, habían recibido y cumplido con dicho pedido. A los viajeros que llegaban al hotel les pareció llamativo que la habitación incorporara una cuna, pero como tampoco les molestaba, no le dieron más importancia.
¿Qué lección podemos extraer?
Este tipo de situaciones demuestran el poder de una plataforma como Aervio. Porque si todo se desarrollara sin problemas, sin incidencias, sin este tipo de anécdotas curiosas, significaría que no estamos creando nada nuevo. Estaríamos simplemente haciendo más de lo mismo; implementando tecnología que no hace más que replicar u optimizar ligeramente lo que ya existe. Y no fue para eso para lo que se fundó Aervio.
Y otra cosa: si eres nuestro cliente y un día te encuentras una cuna en tu habitación sin haberla pedido, por favor, avísanos 😉