En 2019, Goldman Sachs anunció que iba a relajar su código de vestimenta en el trabajo. La compañía anunció públicamente que quería un entorno de trabajo “más casual y relajado”, así como lograr una actitud más flexible.

En un comunicado, el gigante de Wall Street pedía a sus empleados que, por la gran diversidad de sus clientes, siempre vistieran de acuerdo con las expectativas de estos. 

El dress code o código de vestimenta básico considerado en algunos entornos profesionales es el traje o la ropa elegante . Ciertos sectores como el de los negocios, o simplemente con el trato a los clientes, vestir un traje se convierte en algo innegociable. Después de todo, si nuestro cliente siempre viste de traje, no vamos a hacerle una visita comercial en bermudas y sandalias. 

¿Pero qué sucede cuando es nuestro cliente el que viste bermudas y sandalias?

El cambio generacional y su efecto en el dress code

Actualmente se está produciendo un salto generacional en el entorno laboral, con más y más Millennials sumándose a la fuerza de trabajo. Los tiempos en los que el precio de la ropa que llevabas era equivalente a tu éxito, ya no existen. Los jóvenes de hoy en día siguen valorando las marcas y considerándolas como una señal de estatus, pero ya no son lo más importante.

Hoy en día, la democratización del consumo ha hecho que la ropa deje de ser uno de los principales signos de estatus, al menos en cuanto a valor se refiere. Figuras como Bill Gates o Marck Zuckerberg visten con camiseta y pantalón casual sin que nadie se sorprenda. Un entorno de trabajo casual, como el que tenemos en Aervio, se asocia con empresas modernas y relajadas en las que los empleados van a la par con esta actitud vital. 

El dress code en la actualidad

Los códigos de vestimenta siguen siendo importantes en el lugar de trabajo, ya sea una oficina o una cafetería, puesto que proporcionan un estándar para los empleados, así como una sensación de uniformidad y profesionalismo. No tienen que ser necesariamente traje y corbata, sino prendas que establecen la imagen que esperamos de ese profesional.

Por otro lado, el código de vestimenta casual tiene cada días más adeptos, gracias principalmente a Silicon Valley y a su efecto en la cultura empresarial. Permitir a los empleados vestir de forma cómoda, llevando zapatillas y vaqueros, puede tener un efecto positivo en la moral. También nos permite mostrar la identidad de la empresa y una imagen más acorde con los tiempos actuales.

Por eso, es muy importante revisar y actualizar el código de vestimenta de nuestra empresa en función de los clientes, los empleados, la identidad y el futuro de esta.  Sectores como el tecnológico, el informático o el mundo de las startups son el entorno perfecto para vestir casual, mientras que el mundo de los negocios o las altas esferas requerirá traje y corbata. Analiza a tu público ideal, y vístete como quieras que te perciban.