La crisis desatada por el avance del COVID-19 – mejor conocido como coronavirus – nos ha tomado de sorpresa a todos, modificando nuestra rutina diaria.
Pero en el caso de las empresas, no se trata de la primera vez que han tenido que lidiar con tormentas económicas, políticas y sociales. Y aunque es verdad que no todas son iguales, las crisis siempre nos dejan lecciones para no recurrir únicamente a ajustes de personal.
Para entender cómo pueden sobrevivir las empresas a las épocas difíciles, debemos retrotraernos a historias pasadas. Si seguimos las reglas básicas de cualquier escuela de negocios, deberíamos ajustar la plantilla y lograr que la empresa sobreviva. Pero ¿qué pasaría si no nos ajustáramos a las reglas?
Hoy, en el blog de Aervio, compartimos la historia de tres grandes empresas que lograron sobrevivir a una crisis haciendo las cosas de forma disruptiva y sin seguir el “manual”.
3 casos de empresas que sobrevivieron a una crisis
Heinz y la crisis bancaria de 1875
Entre 1873 y 1876, el mundo entero había entrado en lo que se conoce como La Depresión, donde no se podían adquirir créditos a corto plazo y las empresas caían en la quiebra.
Henry Heinz entró en ese proceso, y tuvo que vender los muebles de sus padres para evitar que le embargaran sus equipos. De esta forma, logró que sus empleados regresaran y aceptaran diferir sus salarios. Al año siguiente lanzó la salsa de tomate conocida como Kétchup volviéndose exitoso pero aprendiendo una gran lección: para hacer negocios es mejor hacerlo con gente de confianza, porque uno de los motivos por los que Heinz llegó a la quiebra fue porque sus socios lo abandonaron.
IBM durante la Gran Depresión
En 1932 el mundo transitaba la crisis económica más larga de la historia. IBM, mientras todas las empresas reducían sus departamentos de investigación, decidió gastar 1 millón de dólares para construir un laboratorio independiente de investigación y desarrollo. Tom Watson, CEO de la compañía, contrató a más gente y construyó más máquinas.
Tres años después, el presidente Roosevelt firmó la Ley de Seguridad Social, favoreciendo el mercado de procesamientos de datos, tanto para las grandes empresas como para el gobierno. Watson sabía que contaba con un producto que el mercado, tarde o temprano, iba a necesitar.
El caso Barry-Whemiller
Frente a la crisis financiera global que se desató en el 2008, la empresa Barry-Whemiller, proveedora global de tecnología y servicios de fabricación, apostó al recorte en todas sus áreas, menos al despido de personal.
Bob Chapman, CEO de la compañía, propuso en ese entonces que todo el mundo cogiera cuatro semanas de vacaciones sin paga y una reducción temporal de salario. La empresa no solo superó la crisis sino que, dos años después, tuvo el mejor año de la historia. La moral de su equipo se encontraba mejor que nunca, ya que sabían que podían contar tanto con sus compañeros como con la empresa para la que trabajaban.
Como se puede ver, no existe la fórmula perfecta. Si has leído las tres historias, es probable que notes que no existe un modelo a seguir frente a una crisis mundial. Como líder de una empresa ¿estarías dispuesto a probar alguna de estas fórmulas? Los líderes deben centrarse en pensar y actuar, independientemente de lo que haga el resto. Lo importante es enfocarse en las oportunidades que se pueden encontrar, dentro de toda la revolución que nos rodea.