Mark Zuckerberg, Bill Gates, Steve Jobs. ¿Qué tienen todos ellos en común, además de haber sido CEO de algunas de las empresas más importantes de la historia?

Que todos ellos fueron líderes. Eligieron ser mucho más que simples directivos de empresas; ellos querían derribar barreras, superar obstáculos e inspirar a los suyos. Y su influencia se nota hoy en día en el mundo corporativo.

En 2019, para ser CEO no es suficiente con los estudios, la experiencia o la simple capacidad de dirigir una empresa; es necesario liderar. No es suficiente conocer estrategias de crecimiento, dominar flujos macroeconómicos o ser experto en cuentas de resultados para dirigir una empresa eficazmente. Los CEO han dejado de ser hombres de negocios, estrategas o simplemente gestores. Cada vez más, la nueva fuerza de trabajo de la siguiente generación les exige liderar. 

Ser CEO hoy en día requiere de unas características concretas, algunas de ellas conocidas comúnmente como soft skills, el tipo de habilidades personales que no se enseñan. Hoy, en el blog de Aervio, te contamos cuáles son las más importantes.

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Habilidades de comunicación: el nuevo CEO no solo debe ser capaz de comunicarse de forma eficiente, sino que debe hacerlo de forma intergeneracional. Los equipos de trabajo mixtos, que mezclan miembros de la “Generación Z” con “Baby-Boomers” y “Millennials” son una realidad. El líder debe saber cómo llegar hasta cada uno de ellos para así obtener lo mejor. En la mezcla de talentos y visiones del mundo está la clave del éxito.

Más y más cercano: en los años 50 y 60 primaban las estructuras de empresas totalmente jerarquizadas, en las que el elemento humano estaba dividido en estratos. La compañía era una pirámide, y todos estaban por encima y por debajo de alguien, situando al “jefe” en la cima. Hoy en día, los equipos son horizontales, y el planteamiento es de equipo: un capitán, y un equipo detrás remando en la misma dirección. Este esquema debe estar en el ADN de los nuevos directivos.

Altas dosis de empatía: El CEO de hoy en día debe saber escuchar. Después de todo, se trata del primer paso para comprender bien su mercado y tener la sensibilidad suficiente para entender la necesidad de sus clientes. Todo ello requiere altas dosis de empatía. Pero es precisamente esta habilidad lo que le permitirá crear en su propio equipo dinámicas positivas. El objetivo final es establecer un liderazgo que no se base en la autoridad y la dominación, sino en la verdadera confianza. 

Pensamiento crítico: el líder no se conforma con los viejos métodos, las antiguas estructuras, el “esto siempre lo hemos hecho así”. La capacidad de analizar problemas, desarrollar estrategias, recoger diferentes visiones, sintetizar datos y extraer conclusiones que no estén limitadas por ideas preconcebidas ni opiniones externas es una cualidad necesaria del líder del siglo XXI. Es precisamente ese enfoque mental el que todas las empresas digitales traen de serie, y al que muchas empresas de larga trayectoria están teniendo que adaptarse.

Como puedes ver, el nuevo CEO ya no será aquel que tenga más títulos o más experiencia, sino aquel que haya sido capaz de incorporar el signo de los tiempos a su forma de ver el mundo. Todo se transforma, y el líder está preparado para transformarse en su mejor versión, llevando adelante a su empresa y a todos aquellos que quieran seguirle.