Al igual que otras actividades humanas que impactan sobre la huella de carbono, las TIC tendrán también su impacto en el consumo energético del futuro.
Las nuevas tecnologías, como los móviles, tablets y ordenadores, se han convertido en los dispositivos más utilizados por todas las generaciones. Esta tendencia se ha acentuado incluso más durante la pandemia, donde los usos han aumentado más del 50% respecto a años anteriores. El uso creciente de estas nuevas tecnologías tendrá un fuerte impacto en el consumo energético, y como consecuencia, en el medio ambiente.
El uso de los millones de dispositivos requiere una gran cantidad de energía y, por tanto, conlleva una emisión excesiva de dióxido de carbono. Actualmente, según la Organización Meteorológica Mundial, la concentración de este gas en la atmósfera es la más alta desde hace tres millones de años.
Hoy, en el blog de Aervio, queremos contarte cuál es el impacto de las nuevas tecnologías en el consumo energético y cuánto afecta el uso de las redes sociales cada día.
¿Cuánto contamina enviar un tweet, hacer una búsqueda o ver un vídeo en YouTube?
Según un informe de 2017 elaborado por Huawei Technologies, la previsión más optimista apunta a que, en 2025, las TIC consumirán unos 2.800 teravatios hora (TWh). Esto supone aproximadamente el 9% del consumo de energía en todo el mundo. Si a ello le sumamos la previsión de Cisco, que estima que para el 2021 el número de dispositivos conectados a redes IP será de 23.000 millones, el triple de la población mundial, estamos ante un serio problema energético.
¿Sabemos exactamente por qué las nuevas tecnologías tienen un impacto sobre el consumo eléctrico y el medio ambiente? ¿Son los dispositivos? ¿Es el hecho de utilizarlos? Todo suma, tanto el hardware como el software, y la lista de tecnologías es infinita. Para los especialistas, cada dispositivo genera un gasto de energía por sí mismo, pero es en el momento de ponerlos en marcha y ejecutar aplicaciones cuando el consumo empieza a aumentar.
La realidad es que, no todos los usuarios consumen de la misma manera, aunque realicen la misma acción. Los usuarios, en su actividad en Internet, pueden tener un papel activo para consumir menos energía en algunas ocasiones, evitando enviar mails o mensajes innecesarios.
Enviar mensajes en WhatsApp y usar servicios como Netflix o publicar tuits contribuye a la emisión mundial de gases de efecto invernadero. Pero, según los expertos, si vemos una película a través de una plataforma de contenidos, implica un consumo mucho más elevado que si escribimos un mensaje en Twitter o enviamos un gif por WhastApp.
Entre todos podemos ayudar
Sabemos que resultaría imposible pedirle a los usuarios responsables de las emisiones de las TIC que dejen de hacerlo. En cambio, sí podemos, entre todos, y hasta que las empresas sean conscientes y empiecen a trabajar fuertemente en la generación de dispositivos que ayuden a preservar el sistema energético mundial, comenzar a adquirir ciertas responsabilidades a la hora de elegir, por ejemplo, el navegador que se usa, cómo se escriben los tuits o cómo realizamos el post de este blog. Nosotros ya empezamos. ¿Tú estás listo?