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La metodología OKR permite optimizar la gestión de empresas simplificando el cómo enfrentarnos a los objetivos principales de una empresa.
En los últimos años, la gestión de las empresas ha comenzado a desprenderse de los métodos tradicionales, lo que las ha ayudado a crecer exponencialmente. Dentro de las nuevas técnicas realmente útiles, podemos emplear la metodología OKR para optimizar la gestión de empresa. Además, es una de las pocas que se puede aplicar a cualquier tipo de negocio, sin importar su tamaño o sector al que se dedique.
El método OKR fue creado por el ex CEO de Intel, Andrew Grove, y tiene como objetivo principal, poder simplificar la forma de enfrentar los llamados “Objectives and Key Results”, es decir, los objetivos principales de una empresa. De hecho, es el método que Google utiliza desde 1999, con una efectividad del 100%.
Hoy, en el blog de Aervio, queremos contarte qué son los OKR, cuál es su origen y cómo se pueden usar en la práctica, junto con los mejores ejemplos para entenderlos.
OKR, un nombre que no es casual
Los OKR están compuestos por unos Objetivos, que indican claramente el “Qué” se quiere lograr; y uno o varios Resultados Clave, es decir “haciendo qué movimiento” conseguiremos llegar hasta ese lugar, a la vez que nos permita medir si avanzamos en la dirección adecuada para conseguir nuestros objetivos.
- Objectives
Los objetivos presentan una conquista clara por parte de la empresa, que puede ser grande, mediana o pequeña, indistintamente. Cada objetivo debe ser formulado para conocer lo que se debe buscar y para mantener a todas las personas implicadas; aunque para ser cumplido dependen directamente de los Resultados Claves. Por ejemplo:
- Convertirse en líder del sector
- Ofrecer la mejor atención al cliente
- Tener el precio más competitivo del mercado
Todos esos objetivos son claros y específicos y no dejan dudas de cuál debe ser el enfoque.
- Key Results
Sin planificación, se vuelve muy difícil alcanzar los objetivos, y los key results son el parámetro para determinar a qué distancia está la empresa de alcanzarlos. Se trata de pequeñas metas que nos servirán para alcanzar la mayor parte de ellas.
Por ejemplo, si nuestro objetivo principal es Convertirse en líder del sector, debemos trabajar en pequeñas metas –medibles- en el departamento de Marketing para alcanzarlo:
- #1 Tener un buen posicionamiento SEO
- #2: alcanzar 15K suscriptores en la Newsletter
- #3: formar 3 alianzas de co-branding exitosas
- #4: Aumentar un 50% el número de followers en redes sociales
Además de que es esencial que cada una de las metas sean medibles y tengan un plazo límite de tiempo para alcanzarlas, la clave está en convertirlas en metas ambiciosas: si los OKR son fáciles, será necesario apostar en ideas más grandes, que hagan que la empresa desarrolle su máximo potencial.
Los valores de cada trabajador
Lo más importante de este modelo, es que cada persona o área de trabajo se implique en la construcción de sus propios OKRs, basándose para ello en la visualización de los OKRs generales de la empresa, que proporcionan contexto y propósitos.
En este caso, el apoyo lo proporciona la transparencia que brinda el modelo, porque para lograrlo se necesita tener un sistema de comunicación continua para conocer, en cada una de las áreas, cuál es el foco, qué es lo que la empresa espera de cada uno, y la aportación de cada individuo al éxito de la compañía. A través del seguimiento y la medición de cada una de las OKR, los procesos se van optimizando hasta alcanzar el objetivo mayor.
Desde Aervio estamos convencidos de que si no puedes medir tus metas, no puedes conseguirlas, y es así como hemos trabajado internamente los últimos años. Creemos que la metodología OKR es el abordaje perfecto para empresas que buscan optimizar sus modelos de gestión y escalar sus negocios de forma simple.
¿Piensas como nosotros que se trata de un modelo interesante? ¿Cómo creéis que podríais aplicarlo a vuestra empresa y qué valor le aportaría?